¿Qué es la Alergia a la
Proteína de la Vaca (APLV)?
Hablamos
de APLV cuando en un individuo se da una respuesta inmunológica anormal ante la
ingesta de un producto lácteo.
La respuesta inmunológica puede darse de manera inmediata ( entre 5 y 45 minutos)
o retardada (varias horas después, incluso días), pero en cualquier caso, y
tras la exposición al alérgeno, el individuo queda sensibilizado, produciendo
anticuerpos específicos (IgE) que en el caso de la leche son : inmunoglobulinas
específicas, la anticaseina y la antibetalactoglobulina.
Existe
por tanto la Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca y la Intolerancia a las
Proteínas de la leche de vaca.
La diferencia entre ambas radica en que la APLV cursa con un cuadro inmediato
de tipo agudo, mientras la Intolerancia suele presentar síntomas crónicos de
tipo retardado, a menudo menos graves aunque muy molestos.
No
debemos confundir la APLV con la Intolerancia
a la Lactosa , pues la lactosa es el azúcar contenido en los lácteos, no
una proteína.
La
lactosa está formada por glucosa+galactosa, y la intolerancia radica en la
imposibilidad de algunos individuos en digerirla, por deficiencia de lactasa
(enzima) en sus intestinos.
La enzima de lactasa disminuye con los años, por lo que la intolerancia a la lactosa es más frecuente en adultos.
Aunque
se recomienda no ingerir productos que contengan lactosa, los intolerantes a la lactosa no tienen
porque llevar una dieta de exclusión de lácteos, pues a menudo toleran pequeñas cantidades. Además, en el mercado hay
disponible una amplia variedad de productos deslactosados como quesos,
yogures, helados, margarinas y mantequillas, leches, embutidos y repostería.
También
hay de venta en farmacias suplementos de lactasa, de uso en casos
eventuales (nunca prolongados) cuando debemos comer fuera de casa y por tanto,
correr el riesgo de una transgresión involuntaria.
Los
síntomas de la intolerancia a la lactosa
acostumbran a ser de tipo digestivo : distensión abdominal, acidez estomacal, eructos,
flatulencias, digestiones pesadas, náuseas, vómitos y diarreas.
¿Quién puede sufrir la APLV?
Suele
manifestarse en los lactantes durante sus primeros meses de vida, especialmente
con el cambio de la leche materna a la leche adaptada o de continuación ( se
elaboran a partir de la leche de vaca, y por tanto, suelen contener proteínas
que no se encuentran en el organismo humano), y remitir espontáneamente a los
pocos años de edad, por lo que es menos frecuente en adultos, pero dependerá
del grado de sensibilidad de la persona.
Como
cualquier alergia, puede aparecer y desaparecer a lo largo de la vida, por lo
que una persona que presentaba problemas con la leche ya de lactante, tiene
mayor riesgo de volver a sufrir un brote alérgico de adulto si no lleva
correctamente la dieta de exclusión de lácteos.
Por último, las personas llamadas atópicas
son más propensas a sufrirla en cualquier momento de su vida.
¿Cuáles son los síntomas?
Dependen
de la sensibilidad del individuo y la cantidad del alérgeno ingerida, y también
de si la respuesta es inmediata o retardada.
Cuando
la respuesta es inmediata, suelen aparecer eccemas, granos o ronchas rojas en
la piel que producen picor o prurito, por ejemplo alrededor de la boca,
mejillas, frente y en ocasiones en el tórax.
Éstas
lesiones pueden ir acompañadas de edema de glotis, labios, párpados o cara.
En
el caso de los lactantes se suele hablar de la dermatitis del lactante o dermatitis
seborréica, que se caracteriza por unas placas amarillentas de aspecto
escamatoso en la piel y incluso en el cuero cabelludo.
En
el aparato respiratorio produce tos, carraspera, asma y rinitis.
En
el aparato digestivo suele provocar dolor abdominal de tipo cólico, vómitos y
diarreas ácidas abundantes y explosivas (esteatorrea).
Otra
clase de respuesta inmediata y muy severa, es el shock anafiláctico, situación que requiere de atención médica
inmediata. (alergia mediada por IgE)
En
el caso de las respuestas retardadas (alergia no mediada por IgE) pueden igualmente aparecer algunos de los
síntomas mencionados anteriormente, lo que dificulta la identificación de la
alergia a la hora del diagnóstico, pudiendo simular otras dolencias por ejemplo
del tipo infeccioso, o malabsorción intestinal, anorexia, pérdida de peso,
anemia y irritabilidad.
¿Cuál es el tratamiento?
En
la mayoría de los casos mediados por una alergia o una intolerancia
alimenticia, el único tratamiento efectivo es la exclusión del alérgeno de la
dieta para desensibilizar el individuo, intentando al cabo de varios meses
reintroducirlo y estudiando su tolerancia y los síntomas, si éstos vuelven a
aparecer.
La
reintroducción de un alérgeno en la dieta, siempre deberá ser supervisada por
un especialista en la salud.
En
el caso de las madres lactantes hay que tener especial atención en su dieta, pues si ingieren
productos que contengan lácteos, las proteínas contenidas en ellos pasan a la
leche materna, y por tanto, al lactante.
Por ésta razón, si el bebé presenta APLV, las madres deberán llevar dieta de
exclusión de lácteos y también de lactosa, pues a menudo ésta no está purificada
y por tanto, está contaminada con proteínas de la leche. (Véase apartado “Consejos dietéticos” > Cómo eliminar los lácteos de la dieta).
Por tanto, en
caso de APLV no se puede tomar ningún tipo de leche animal (cabra,
oveja, búfala) por compartir similitudes en su composición.
Por
último, en ocasiones puede aparecer alergia cruzada con la proteína de la carne
de ternera, pero esta es poco frecuente. En caso de presentarse, deberá
excluirse también de la dieta la carne de vacuno y todos los alimentos que la
contengan en su preparación.
¿Qué tipo de leche puede
tomar una persona con APLV?
En
el caso de los lactantes o los infantes, existen especiales de farmacia con un
de valor nutritivo completo, que son : las leches hidrolizadas, hipoalergénicas,
leches elementales y las formulas a partir de la proteína de la soja.
Leche hipoalergénica : Se llama habitualmente leche HA.
Es leche fabricada a partir de leche de vaca. Se han modificado las proteínas:
han sido partidas en fragmentos menores para disminuir sus propiedades alergenas. Actualmente no se recomiendan
en niños con alergia a las proteínas de vacuno. Estas leches tienen lactosa.
Leche hidrolizada : También se fabrica con leche de vaca. Se
modifican aún más las proteínas:
se parten en fragmentos de pocos aminoácidos
para disminuir su capacidad de dar alergia. Apta en niños con alergia a las proteínas de vacuno.
La mayoría no tienen lactosa, por lo que se pueden utilizar en niños con
intolerancia a la lactosa, aunque no se han diseñado originalmente para ellos.
Leche formulada con soja: Es una leche vegetal elaborada a partir de la soja. Las proteínas son
vegetales y no tienen ninguna relación con las proteínas de vacuno. Apta en niños con alergia a las proteínas de vacuno
y intolerantes a la lactosa. Sin embargo algunos pediatras la desaconsejan en
infantes porque algunos estudios apuntan que inhibe el crecimiento y correcto
desarrollo o que pueden presentar problemas de tolerancia al tratarse de una
leguminosa e introducirla tempranamente en la dieta del infante.
Leche elemental : Es leche con hidrólisis total de las proteínas. Las proteínas se parten al
máximo, en aminoácidos, para reducir a cero su capacidad de dar alergia.
Tampoco lleva lactosa. Apta para niños con alergia a proteínas de vacuno,
aunque normalmente se usan cuando no hay buen resultado con las leches anteriores.
En
el caso de los adultos, en que la demanda de calcio para el desarrollo ya está
cubierta, hemos visto que las leches vegetales son una buena opción, así como
los zumos (preferiblemente naturales, no industriales), el té, el café o las infusiones. (Véase
apartado “Consejos dietéticos”>Leches Vegetales ).